El sector turístico ha modernizado significativamente sus operaciones gracias a la facturación electrónica, dinamizando procesos y analizando datos detalladamente para optimizar la gestión de los operadores turísticos.
“La facturación electrónica ha surgido como un instrumento para mejorar la eficiencia y adaptar cada vez más los servicios a la medida de los clientes”, afirma Kenneth Bengtsson, presidente ejecutivo de Efact.
Una de las ventajas clave de la facturación electrónica es la capacidad de prever altas demandas de servicios. Las empresas de turismo pueden detectar preferencias de viajes y temporadas con mayor demanda mediante el análisis de la información contenida en los documentos digitales. Aerolíneas, hoteles, restaurantes y establecimientos turísticos pueden anticipar la planificación para asegurar calidad y capacidad ante el aumento de turistas.
Los negocios también pueden ajustar sus servicios. Por ejemplo, los hoteles, al revisar el historial de facturas, pueden identificar que los tours guiados o las experiencias gastronómicas son altamente demandadas en ciertas ciudades. “Los clientes estarán más satisfechos cuando sientan que los servicios son más personalizados, y de esta manera el flujo de turistas crecerá y con ello también el aumento de ingresos económicos”, añade Bengtsson.
Comprender cómo se desplazan los turistas y qué servicios consumen permite adaptar horarios y disponibilidad de atracciones, ordenando estratégicamente la carga turística a lo largo del día o de determinada temporada. Así, se optimiza la gestión de los flujos de viajeros a destinos muy solicitados, mejorando su experiencia y preservando el entorno.
Los análisis del comportamiento del consumidor a partir de la facturación electrónica son fundamentales para identificar patrones de consumo y preferencias específicas, permitiendo estrategias de marketing más eficaces.