Con el surgimiento de las redes sociales obligaron prácticamente a las marcas esforzarse al máximo para que tengan una presencia online.
A partir de entonces todos los sitios corporativos aparecieron llenos de iconos sociales, algunos muy conocidos, como puede ser el caso de Twitter o Facebook, hasta aquellas que “murieron†en el intento y donde muchos de ellos atrajeron la atención de clientes interesados.
La cereza del pastel la puso Google+, en el enésimo intento de Google de contar con su propia red social, que aún no puede despojarse del sanbenito de ser un territorio plagado de fantasmas, a tal punto que su creador e impulsor, Vic Gundotra, decidió en abril de este año tirar la toalla y abandonar el proyecto.
¿Cuál es la consecuencia para las marcas?
Como consecuencia de este afán sin control por acaparar todas las redes sociales existentes, los usuarios se encuentran con escenarios sin vida al ingresar a muchas de ellas.
Hay perfiles sin actualizar en Twitter, o comentarios sin respuestas en Facebook , por ejemplo. Al final, las redes sociales, más allá de su potencial, pasaron a convertirse en un auténtico cementerio de elefantes donde termina sin pena ni gloria la reputación de muchas empresas.
Y según datos de un informe del mes de junio de este año de Endurance, el 72% de los responsables de estas empresas reconoce que carecen de un plan de Social Media.
Todo producto de la improvisación, escasez de recursos y carencia de visión estratégica ; un virus que viene destruyendo la imagen de las marcas en la web.
De tal forma que se necesita renovar la perspectiva sobre el valor verdadero de las redes sociales, y las proposiciones que ha de cumplir a cabalidad cada marca si desea obtener máximo rendimiento con su presencia en la web. Otro detalle a tomar en cuenta : ya se han convertido en una herramienta clave en la atención al cliente.
