¿Buscas el producto ideal? Pues, ¡no existe!

producto-ideal1Toda empresa constantemente explora distintas y nuevas oportunidades de negocio. Tal como lo hacen las compañí­as nacientes, o startups, cuya labor consiste en crear un modelo de negocio, una manera de hacer rentable lo que todaví­a es solamente una idea.

De tal forma que crear e implantar cualquier mejora que eleve la rentabilidad de la empresa es innovación. Simultáneamente, la tendencia a loa inercia organizacional es un freno que se añade y que es potentí­simo ante el surgimiento e implantación de la innovación que consiste en una serie de pasos en que se comprueba y descarta las caracterí­sticas del nuevo producto que, a la larga, minimiza la probabilidad de descartar un producto de éxito.

Así­ que dependiendo de dónde y cómo se busque la innovación se encontrará uno u otro tipo de ella. Si se pregunta al cliente, responderá por su producto preferido, no por el producto ideal. Y si se pregunta a la empresa en bloque, responderá por las posibilidades evidentes. En ambos casos lo que se logra es una innovación incremental.

Un claro ejemplo de este tipo de innovación lo tenemos con la historia de una de las creaciones de marketing más exitosas: el de Ford Munstang. Una empresa que ejemplifica cómo el desarrollo dirigido por las posibilidades del producto (innovación incremental a cargo de ingenieros) puede suponer alejarse una y otra vez del verdadero valor que adquiere y valora el cliente.

La búsqueda del producto ideal

Howard Moskowitz, un visionario de la investigación de mercados se dedicó por varios años a ayudar a grandes marcas para lograr el acabado final de los nuevos productos dirigiendo varios estudios de mercado con el objetivo de hallar el valor ideal de ciertos parámetros en los nuevos productos.

De tal forma que Moskowitz analizó desde el tipo de dulce de DietPepsi hasta la acidez de los encurtidos. Pero su contribución más importante en el desarrollo de productos fue la de identificar que el producto ideal no existe: que en cualquier variable del producto no hay un punto siempre preferible a los demás. Entonces, ¿ el producto ideal no existe?

Puede parecer una conclusión simple, pero no lo es ya que refleja cómo es la psicologí­a humana y cómo uno realiza valoraciones: ya sea comparando o por orden de preferencia.

Así­ que el producto ideal no solamente no existe sino que nunca se puede llegar a él interrogando a los consumidores qué desean; porque el consumidor no sabe lo que desea hasta que no se le ofrece.

Existen los productos ideales

La búsqueda del producto ideal es la resultante del hallazgo de los productos ideales, en plural. Estos tip0os de agrupaciones de preferencias son los llamados nichos de mercado.

Cuando uno de los productos ideales se le suma la confirmación del autoconcepto de su consumidor tipo, cuando se encuentra al consumidor objetivo y el nicho de mercado, se habrá hallado una fuente de rentabilidad y una manera de entender y servir mejor a los clientes. En fin; cualquier cambio está orientado espontáneamente a la satisfacción del cliente.

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